Bill Gates no es mi personaje favorito. Ni mucho más lejos de la realidad. Pero tengo que reconocer que no está mal que dé parte de su dinero para intentar acabar con la malaria. Está claro que lo que se necesita es dinero, sobre todo eso. Un niño muere cada 30 segundos en el mundo por esta maldita enfermedad, que podría prevenirse con una mosquitera impregnada de insecticida, que viene costando 5 dólares.
Estoy harta de oír hablar de la crisis, los bancos reciben inyecciones millonarias de los gobiernos, que recortan sus gastos en cooperación.
Tampoco Unicef es una organización que me guste, me parecen unos bordes y otras cosas que mejor me callaré, pero me gustó una frase que dijo su directora ejecutiva en un programa de televisión: "La crisis es no llegar a tu quinto cumpleaños". A lo que la presentadora del programa respondió algo así como: no vamos a hacer demagogia, hay que salvar el sistema financiero.
Por mí, que se vaya el sistema financiero a la mierda. Pedí a los reyes magos que se acaben las guerras y el hambre en el mundo (para lo que, por cierto, se necesitaría una ínfima parte de lo que se ha regalado a los bancos). Pero debe ser que no he sido buena, porque no he tenido mi regalo. Quizás al año que viene...
Por ahora, seguiré volviendome loca y cabreándome cada vez más mientras investigo para un trabajo para la universidad, sobre las enfermedades no erradicadas en África. No podeis imaginar la cantidad de mierda que estoy descubriendo...
martes, 6 de enero de 2009
Reflexiones del día de reyes
Etiquetas:
Actualidad,
África,
Ayuda humanitaria,
Hambre,
Medios de Comunicación,
Periodismo,
Política,
Yo misma
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario