sábado, 5 de julio de 2008

A los que no me dejan dormir...

Ayer me quejaba de esos que en el metro (o en el autobús) obligan a los demás a escuchar su, llamémosle, música. Pero olvidé otra especie, esa que me ha despertado a las 5 de la mañana cuando dormía plácidamente: los que llevan la música en el coche, con tropecientosmil altavoces, y todas las ventanas abiertas. Vale que durante el día sea molesto, pero se puede soportar, no queda otra. Pero... ¿a las 5 de la mañana? ¿Y dando gritos? ¿Eso no es una especie de delito? Porque debería... Al menos, siempre he oído que a partir de las 12 de la noche, en caso de que alguien tenga la música lo suficientemente alta como para molestar a los vecinos e impedirles dormir, se puede llamar a la policía. Quizás sea algo drástico, pero cuando al día siguiente tienes que madrugar para estudiar o para cualquier otra cosa para la que se necesite estar en plenas facultades, no piensas en qué es drástico y qué no lo es.
De hecho, para estos casos estoy planteándome recolectar piedras en una bolsa, y lanzárselas a los que me despierten a horas intempestivas. Puede parecer drástico, pero...
Menos mal que ese coche sólo paró durante cuatro minutos en el semáforo y luego pude volver a dormirme. De todas formas, iré preparando la bolsa de piedras...

1 comentario:

David Cano dijo...

Yo te ayudo con las piedras, hay que exterminar a esos pesaos :P