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lunes, 11 de octubre de 2010

Café solo o con ellas

Para empezar, no es la típica españolada. Esa industria con tan mala fama, en este caso acertó. La peli va de cuatro amigos que ante todo son eso, amigos, y se ayudan hasta en las situaciones más extravagantes. Cercanos a los treinta, dejan que su vida pase entre juergas, partidos de baloncesto y rayadas de cabeza sobre cómo conseguir que alguna chica les quiera. Pero vamos uno por uno:

Javi (Asier Etxeandia) es el ligón del grupo. Se acuesta con toda la que se propone, hasta que conoce a Alma, la dueña de un perro perdido de la que se enamora a primera vista. Hace de todo porque ella se fije en él, y termina metiendo la pata cuando ella se entera de que secuestró a su perro para volver a verla.

Hugo (Diego París) vive con su abuela, una mujer con ideología de derechas que desconfía continuamente de su nieto creyendo que es drogadicto, borracho y que va con “mujeres malas”. Es el que menos liga del grupo, hasta que un día termina golpeado por la guardia de seguridad del depósito de vehículos del Ayuntamiento (ya que la grúa se lleva el coche en el que está durmiendo la mona una noche de fiesta). Ella va a pedirle perdón en el trabajo, y se enamoran...

A Pedro (Alejo Sauras) le deja su novia, Ana, por su jefe en la agencia de viajes en la que trabaja. Y él quiere recuperarle a toda costa. Hasta decide pedirle matrimonio, para lo que queda con ella. Pero ella le rechaza, e incluso le pide que vaya a recoger todas las cosas que le quedan en su casa. Y es ahí donde empieza todo: escucha un mensaje que éste le deja en el contestador, a Pedro le apetece hacer algo en la agencia, y se decide por romper el cristal.

El último de los amigos de la pandilla es Dani (Javier Godino). Es el único que tiene una relación estable al principio de la peli, y también al final, ya que se va a casar. También es el que pasa más desapercibido.

Será una peli española, pero es de esas que te hacen reír a carcajadas con las vivencias de sus protagonistas. No son lo que se dice normales. Porque, al menos que yo sepa, no conozco a nadie que haya atropellado a con quien han puesto los cuernos a un amigo suyo. Ni a nadie cuya abuela de uno de sus mejores amigos se dedique a pegar tortazos a diestro y siniestro. Ni a nadie que mientras enterraba a un muerto le haya resucitado de repente. Ni a nadie que se pasee por las calles de Madrid en sidecar. Pero otras muchas situaciones sí que son cotidianas. Porque cualquiera puede enamorarse a primera vista. Cualquiera puede querer intentar recuperar a quien quiere. Y cualquiera puede sentir que su vida está completa con una pareja y un buen grupo de amigos.

Es divertida. Es graciosa. Es muy recomendable si durante una hora y media quieres reír sin parar. O al menos, a mí me pasó.

domingo, 8 de agosto de 2010

Bajo el sol de la Toscana

Esta es una de esas muchas pelis que tenía esperándome desde hacía tiempo, y la verdad es que me esperaba la típica empalagosa y romanticona. Y vale, tiene su parte amorosa, pero no sólo.

Me ha hecho reír, me ha hecho criticar a los hombres, y me ha hecho ver que, aunque la vida dé un giro de 180º, aunque una relación termine, aunque pensemos que no nos queda nada, siempre se puede volver a empezar de cero, y con más o menos esfuerzo, conseguir ser feliz.

Pero vamos, voy a dejarme de reflexiones de sábado por la noche sin juerga y os voy a contar un poco de qué va...

Frances Mayes (Diane Lane) es una escritora y crítica literaria a la que, de un día para otro, le llega el divorcio. Su ya ex-marido se queda con la casa, y su mejor amiga, por animarle, le regala un viaje a la Toscana al que ha tenido que renunciar debido a su embarazo. Al principio Frances lo rechaza, pero viendo que el vecino del apartamento al que se muda no le deja oírse pensar, decide irse.

En Cortona, ya en Italia, ve el anuncio de una casa de la que se enamora, y que compra incluso antes de haber visto. La casa es un desastre, estaba construida 300 años antes y se cae, literalmente, a trozos.

Hace amistad con el que intuyo que es el agente inmobiliario (Martini) y con el jefe de los obreros a los que encarga la reforma (Placido). También se encariña de uno de ellos, el más joven (Pawel).

Después de que le rompan la lámpara del salón, tiene que ir hasta Roma a buscar un recambio. Allí tres hombres le persiguen y ella, para salir del paso, besa a un hombre con el que se cruza, disimulando que es su marido (Marcello). Una cosa lleva a la otra, y terminan en Positano (cerca de Nápoles) teniendo una aventura. Ella vuelve a casa, pero le promete que volverá ese mismo fin de semana para verse de nuevo.

Pero cuando está saliendo de casa recibe una sorpresa. Su mejor amiga, Patty (interpretada por Sandra Oh, la embarazada que no pudo ir al viaje) está allí, y ha roto con su novia, que le ha abandonado. Así que el fin de semana en Positano se cancela, y la vida sigue en Bramasole, la villa de Cortona.

Un día, Frances está recogiendo aceitunas, cuando ve por unos prismáticos que Marcello (Raoul Bova) está en su casa. Sale corriendo, pero no consigue alcanzarle. Cuando vuelve a casa, le echa la bronca a Patty por no haberle entretenido, y ésta se pone de parto.

Unos días después, Frances decide ir a Positano, se compra un vestido blanco siguiendo la nota que le había dejado Marcello sobre un sueño, y cuando llega allí se lleva la decepción: él ya está con otra. Al volver a la Toscana, Pawel (el más joven de los obreros) y Chiara (la hija del contratista, Placido) están llorando. Están enamorados y quieren casarse, pero no se lo permiten porque él es polaco. Frances les acompaña a casa de Placido, y les convence a él y su mujer de que se quieren, y la abuela también contribuye (a sus ochenta años se enamoró a través de internet de un hombre de Ecuador).

Final feliz: Frances tiene todo con lo que había soñado: una boda en su casa (Pawel y Chiara), una familia (Patty y su bebé), y casualmente, al final de la película, el amor de su vida.

Obviamente, no podía faltar el final feliz. Pero insisto, creo que vale la pena verla. Tiene puntazos bastante buenos que conseguirán arrancaros una carcajada. O al menos conmigo lo ha conseguido...

sábado, 23 de enero de 2010

La Terminal

Imagina que coges un avión, y que en ese lapso de tiempo estalla una guerra en tu país. Eso es lo que le ocurre a Viktor Navorski, interpretado por Tom Hanks, en la película La Terminal (2004). Dirigido por Steven Spielberg, este drama te hará ponerte en la piel de esos a los que no dejan entrar en un país (en este caso, Estados Unidos) por algo que no tiene que ver con lo que hayan hecho o dejado de hacer.
Llena de toques de humor, la interpretación que hace Tom Hanks de su personaje es perfecta, hasta el punto de que llegas a cogerle cariño en las poco más de dos horas que dura la peli. Y es que soporta más de nueve meses encerrado en un edificio en el que le hacen la vida imposible para intentar que se escape, sólo por cumplir una promesa que le hizo a su padre antes de morir. Pero Navorski es demasiado legal, al mismo tiempo que el pez gordo de la seguridad del JFK es un mal bicho, y que la gente que conoce en ese tiempo son verdaderos amigos.
Aunque la peli es algo antigua ya, hasta ayer no la vi, y tengo que reconocer que me encantó. El argumento me parece original (sí, hay enamoramientos, pero a diferencia de lo que Hollywood nos tiene acostumbrados, en ese sentido el final no es el típico final feliz que cualquiera podría esperar). Pero para eso tendréis que verla vosotros mismos...

sábado, 16 de mayo de 2009

Yo voy a ser rey león

Mi lado infantil me hace escuchar mucho esta canción. Y es así como me siento. No voy a dejar que nadie me diga qué tengo que hacer, ni cómo tengo que ser. Soy yo misma, y soy feliz siéndolo. Y no permitiré que ningún pajarraco se meta en mi vida para intentar cambiarme.

lunes, 4 de febrero de 2008

Lo que tú quieras oír

A veces queremos oír palabras que sabemos que es imposible que alguien nos diga, o que nos diga de verdad. Pero a veces, aún sabiendo que son cosas que no nos harán bien, necesitamos oírlas para sentirnos bien. O creerlo, al menos.
Ayer ví este corto, y me gustó bastante. Habla de las cosas que nos gustaría oír, y de que a veces hacemos lo imposible por escucharlas.

domingo, 13 de enero de 2008

El gran dictador

A pesar de los años que tiene la película, hasta ayer no la vi. Es una gran parodia hecha por Charles Chaplin sobre Adolf Hitler (Astolfo Hynkel) y su dictadura en Alemania (Tomeinia). La película, estrenada en 1940 en EEUU, muestra la primera etapa del nazismo sobre los judíos, cuando lo peor que les habían hecho era confinarles en un ghetto. No voy a reventar el argumento a nadie que no la haya visto aún, sólo decir que son dos horas de risa contínua. Ojalá ese periodo hubiera terminado igual que en la película, la historia sería menos trágica.
Como curiosidad, mencionar que la película estuvo censurada en España hasta 1975 (no iba a reírse nuestro dictador de su amigo Hitler) y, obviamente, en Alemania.
Una gran película. Muy recomendable.

Película completa en: http://video.google.com/videoplay?docid=4460435627514532934

sábado, 1 de diciembre de 2007

Las Trece Rosas

Ayer, después de unas semanas ya en cartel, vi la película de Las Trece Rosas. Uno de los privilegios que tuve respecto a la gente que la ve en el cine es que tuve delante a Carlos Fonseca -autor del libro Trece Rosas Rojas-. Él nos contó algunas diferencias entre la realidad y la ficción. La ficción está suavizada, por muy duras que sean algunas de las escenas de la película. He de decir que estuve a punto de llorar. Pero aún así, en la película, Enrique García Brisac, hijo de Blanca Brisac, va a la cárcel a recoger la carta que su madre le había escrito minutos antes de morir, y la lee en el momento. En la realidad, la tía con la que se quedó, ya que a sus padres les habían fusilado la misma noche, el 5 de agosto de 1939, le ocultó la existencia de la carta durante 20 años. Y por si esto no fuera suficiente, al niño le decían que si habían fusilado a sus padres, sería que algo habrían hecho. A Blanca Brisac la encarcelaron y fusilaron por llevar dinero a un amigo de su marido que militaba en el Partido Comunista. La acusaban de pertenecer al Partido Comunista, cosa que no era para nada cierta.
Otro de los aspectos de la película que no casan con la realidad, es que a Carmen Castro, la directora de la Cárcel de mujeres de Ventas -la plaza de toros- la presentan como un alma de la caridad. Pero no. Posiblemente no llorara cuando se llevaban a las trece mujeres en el camión camino del cementerio de la Almudena, ni fuera tan caritativa como en el cine la hacen parecer.
Pero ante todo, en la película, a pesar de llamarse Las Trece Rosas, solo se da protagonismo a Julia Conesa, Blanca Brisac, Virtudes González García, Carmen Cuesta -amiga de las trece rosas pero que no fue fusilada- y algo menos Dionisia Manzanero. Otras, en la película sólo aparecen cuando van a fusilarlas. Creo que se debería haber ofrecido el mismo protagonismo a todas, o al menos presentarlas antes del final de la película, como a Martina Barroso o a Victoria Muñoz, a las que Ana Gallego despierta en la saca. Antes de eso, sólo aparecen en el módulo de menores jugando durante unos segundos.
Otra cosa que no me gustó demasiado fue que se preste tantísima atención a las relaciones personales. O mirado de otra forma, creo que deberían haber dedicado más tiempo a la pantomima del juicio, a mi entender el punto más importante de la historia, puesto que es donde se decide el destino de estas trece jóvenes y de otros muchos hombres.
A pesar de todo ello, me parece la mejor forma de difundir lo que Julia Conesa pidió a su madre en sus últimas letras: Que sus nombres no se borren de la historia: Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brisac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente.
Más suerte tuvieron Julia Vellisca, la única en ese juicio que pudo conmutar su pena por doce años de reclusión, y Antonia Torres Llera, que por un error tipográfico salvó la vida por unos meses, hasta que descubrieron el error y la fusilaron como al resto de sus compañeras. Podríamos estar hablando de quince, y no trece, rosas rojas.


Mira el tráiler de la película en http://youtube.com/watch?v=WGJlkUk2Fjo